Esther López, entrevistada por Julio A. Olivares.

El programa radiofónico ‘Campus: panel de expertos’, dirigido por Julio Ángel Olivares Merino, contó esta semana con la presencia telemática de la investigadora de la Universidad de Jaén Esther López Zafra, catedrática de Psicología Social, quien en términos de análisis quiso desgranar todos los aspectos psicológicos derivados de la situación actual en relación con la COVID-19. Durante la entrevista, se desglosaron conceptos de la nueva realidad como el teletrabajo, la infoxicación, las brechas tanto digital como pisco-social, además de otros aspectos tales como la salud mental, el individualismo, la colectividad y la esperanza en el fin de la pandemia.

En primer lugar, la invitada dio a conocer algunos aspectos del teletrabajo que deben tenerse en cuenta para el futuro. Pasada la improvisación y la urgencia de la adaptación durante las primeras semanas, es ahora cuando las empresas deben marcar pautas de corresponsabilidad eficaces para esta nueva modalidad de trabajo. Esto implica respetar el horario laboral, cuidar el lenguaje escrito, además de la irascibilidad y medir el sobreesfuerzo psicológico de los trabajadores. De lo contrario, avisó López Zafra, “el trabajo online derivará en un ambiente tóxico, estresante y autoritario para el personal, algo que disminuirá su rendimiento debido al ‘burnout’ o desgaste, el cual ya sufren debido a los problemas de incertidumbre, conciliación familiar y brecha tecnológica entre los trabajadores”.

A continuación, la experta contextualizó la percepción del riesgo y miedo derivado de la pandemia. Las conclusiones de sus investigaciones confirman que “a más información, menor incertidumbre y ansiedad”. Por ello, subrayó la investigadora, se debe tratar de dar información directa y concisa, evitando ambigüedades y contradicciones, especialmente desde el Gobierno, cuya transmisión de la información "ha sido poco clara”, en opinión de López Zafra. Sin embargo, el otro extremo es peligroso también, pues la infoxicación revierte en el individuo en forma de rumia y esta cuestión, sumada a factores externos como el empleo o los estudios, llevan a un estado de ansiedad permanente. En términos políticos, Esther López demandó un mayor arrojo y motivación personal para la población, pues la esperanza es necesaria.

Por otro lado, la investigadora afirmó que los países con valores más pro-sociales, femeninos y colectivistas, por ejemplo Corea del Sur o Finlandia, están gestionando mejor la crisis sanitaria que países más individualistas, como Estados Unidos o Brasil, porque según López Zafra, “el egoísmo y particularismo hacen que la percepción del riesgo sea menor, y, por tanto, haya que sancionar socialmente a esa minoría ruidosa que pone en peligro al resto de la sociedad”.

Seguidamente, siempre a preguntas del entrevistador, la experta se refirió a la introspección y la empatía en el confinamiento. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Manchester, los estilos de pensamiento rumiativos, centrados en el análisis obsesivo de un problema, incapacitan al individuo a la hora de tomar decisiones y le provocan estrés o ansiedad. Por suerte, se puede trabajar con la inteligencia emocional a través del ‘mindfulness’, que evita la infoxicación de un problema personal. El exceso de empatía también puede derivar en la rumiación y, por ello, se recomienda no hacer un ejercicio de introspección constante y abrir la mente para prestar atención a los factores sociales, personales y ambientales durante esta situación.

Por último, la docente dejó claro que de cada uno depende el aprendizaje adquirido en este año 2020, ya que la memoria es selectiva y habrá personas que optarán por la evitación o la estigmatización social antes que afrontar, de forma madura y responsable, un problema y salir más fuertes de pandemias como la COVID-19. Gracias a las fases de desescalada y a la consecución de metas a corto plazo, se generan esperanzas que, de forma gradual y valorando el riesgo, permitirán obtener una experiencia resiliente derivada de la incuestionable capacidad de adaptación humana.

Como broche final al encuentro radiofónico, Esther López destacó que “hay que cuidarse física y psico-socialmente”. Según la investigadora, en este tipode experiencias traumáticas, “la salud mental, tan importante como la salud física, es siempre la gran olvidada por parte de las administraciones públicas y la falta de atención en este ámbito constituye, indudablemente, un peligro colectivo ante un futuro rebrote”.

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Fuente: UniRadio Jaén (M.P. R.).