Alejandro Jiménez desciende por uno de los pozos. Foto: Proyecto Qubbet el Hawa.

Los trabajos de investigación que la Universidad de Jaén ha realizado este año en la necrópolis faraónica de Qubbet el-Hawa (Asuán) en Egipto durante seis semanas han servido para comprobar la complejidad de la estructura de las tumbas.

Se ha tratado de la quinta campaña de excavaciones que el equipo dirigido por el profesor del Área de Historia Antigua de la UJA, el Dr. Alejandro Jiménez Serrano, ha llevado a cabo en las tumbas de los nobles de Elefantina. En concreto, las investigaciones se centran en un grupo de tumbas datadas en el 1800 a.C., entre las que destaca el mayor complejo funerario de la necrópolis. “Son tumbas muchas más complejas que debemos denominar complejos funerarios, porque no son individuales, sino de una familia, en este caso de la que gobernaba la provincia de Elefantina, actual Asuán”, explica Alejandro Jiménez.

Así, las tumbas excavadas se componen de un área exterior, que imitaría a los patios peristilados de los templos egipcios, una sala hipóstila con columnas, que en este caso son pilares, y una zona sagrada para realizar ofrendas. Concretamente, la tumba nº 33 presenta una sala con más de 6 metros de altura con 100 metros cuadrados de espacio. Anexas a estas estancias se ubicaría lo que “realmente” es la tumba, con pozos y cámaras.

“Por ahora hemos excavado un pozo de 6 metros de profundidad que tiene dos cámaras, una al Este y otra al Oeste, donde había familiares del gobernador. Y hemos llegado a bajar al pozo principal, que tiene más de 10 metros de profundidad, que hemos encontrado cegado y que tendremos que continuar excavando el próximo año”, comenta Alejandro Jiménez, que espera que tras la sucesión de pozos estén enterrados el gobernador y sus familiares.


Profesores de la UJA, junto a trabajadores egipcios.

Profesores de la UJA, junto a trabajadores egipcios.

Además, durante los trabajos realizados este año se han documentado varios ataúdes con inscripciones jeroglíficas y ricos ajuares. También se ha realizado el análisis antropológico de las momias, que ha mostrado que los miembros de la élite, pese a gozar de una buena nutrición, también morían jóvenes debido a enfermedades comunes o parásitos, así como que no había discriminación por cuestión de raza al haber personas de raza negra entre los miembros de esta clase dirigente.

Futuro

De cara al futuro, una vez concluidas las investigaciones en la tumba en la que trabajan, el doctor Alejandro Jiménez se ha marcado continuar con las excavaciones que ya se conocen. “Uno de los grandes problemas de la egiptología es que se descubrieron muchas tumbas en el siglo XIX y principios del XX, que no se terminaron de excavar. Nuestra idea es continuar excavando en otras tumbas de Asuán, muchas de ellas ya abiertas al público, en lugar de abrir nuevas áreas”.

Además, destaca como objetivo continuar con la formación de investigadores, tanto españoles como egipcios. “Este año hemos tenido la suerte de contar con jóvenes inspectores, sin experiencia de campo, a los hemos estado formando. De alguna forma, le devolvemos el favor a los egipcios, que nos permiten investigar su patrimonio formando a arqueólogos con nuestras técnicas y conocimientos”, asegura.

Por último, en cuanto a los recortes que está sufriendo la investigación en España, y que están afectando a proyectos internacionales como el que dirige, el profesor de la Universidad de Jaén espera que “sirvan para que en el futuro se pueda volver a invertir en ciencia y de esta manera creemos valor añadido en nuestra sociedad, puesto que España sin ciencia no tiene futuro”.

Autor: Gabinete de Comunicación UJA (F.R.R.).

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