Una investigación realizada por la profesora titular de Psicología Social de la Universidad de Jaén (UJA), Beatriz Montes Berges, con más de 750 participantes, ha puesto de manifiesto que, en general, las personas se sienten responsables, con disposición a adoptar las medidas que se impongan para contribuir al bien común y conscientes de la gravedad de la situación producida por la crisis sanitaria del Covid-19.
Este estudio ha sido realizado por la doctora Montes Berges en colaboración con una de sus estudiantes Isabel Montiel, que está preparando su Trabajo Fin de Grado (TFG) de la titulación de Educación Socia,l sobre el duelo en el confinamiento. “Son muchos los estudios que se han realizado sobre el duelo, que más allá del sentimiento que produce la muerte de un ser querido, se relaciona con una pérdida que puede abarcar las relaciones amorosas o amistades, el empleo, las propias capacidades o habilidades por una enfermedad, o la libertad”, explica la profesora. “Cuando experimentamos un duelo, por ejemplo, por el fallecimiento de algún familiar, entra dentro de la normalidad (que no de lo deseable) que sintamos enfado, culpa, ira, frustración, desesperación o tristeza, y que intentemos pensar que no ha pasado (negación), negociar con algún tipo de fuerza superior (Dios, las leyes éticas o universales) cómo podemos revertir el proceso, hasta que finalmente lo aceptamos y nos ponemos en una actitud de adaptación a la nueva situación y de resolución de lo que podamos mejorar de ella”, expone.
En estos momentos de pandemia, la investigadora de la UJA y su estudiante han realizado un estudio acerca de cómo se estaba viviendo el duelo del confinamiento. “Se trata de analizar cómo se siente la población ante el duelo de la pérdida de libertad, y si este proceso se podía ver influido por distintas variables como el haber vivido otro duelo en menos de un año o la orientación política que tuvieran las personas”, dice.
Los resultados del estudio muestran que las personas que participaron “se sentían responsables, esperanzados y dispuestos hacer cualquier cosa (quedarse en casa, alejarse de sus seres queridos o salir solo para lo imprescindible) para reducir los efectos de la pandemia”, y añade que “las personas están concienciadas de que seguir todas las medidas de seguridad establecidas de manera responsable es la única manera de reducir el número de infectados y fallecidos por Covid-19”. A pesar de que los participantes declaraban sentirse enfadados, frustrados y desesperados en ocasiones por el confinamiento, Montes Berges asegura que también expresaban que llevaban una vida activa, “que sentían que había menos dificultad en las relaciones entre las personas con quienes compartían la reclusión y que les había servido para hacer cosas que les gustaban, lo que nos lleva a pensar que el duelo por el confinamiento se está llevando muy bien por parte de nuestra población”.
Para esta investigadora, es muy gratificante comprobar que estas personas “eran muy conscientes de la gravedad de la situación; que entendían como una oportunidad para que la población sea consciente de las cosas realmente importantes de la vida, y que nos ofrece una reflexión sobre cada persona, sus actos para la sociedad y el medio, pudiendo transformar aquello que no nos gusta”. En este sentido, manifestó que “ojalá no se quede en un efecto de estos momentos y verdaderamente, construyamos, a partir de ahora, una sociedad más responsable y mejor”.