Los investigadores María Luisa Quijano López, José Manuel Castro Jiménez y Ginés Alfonso Gea Guillén, pertenecientes al Grupo de Investigación ‘Análisis de Cuencas y Geología Ambiental" (RNM-200) de la Universidad de Jaén, han participado en un nuevo programa de Campus: Panel de Expert@s, espacio dirigido y presentado por Julio Ángel Olivares Merino en UniRadio Jaén. Como línea de investigación, el grupo se centra actualmente en el último proyecto que está llevando a cabo, basado en el registro sedimentario, geoquímico y paleontológico en lo que concierne a los episodios de cambio ambiental acelerado en el Cretácico.
Castro Jiménez delimitó el objeto de estudio aludiendo a que “el Cretácico fue una época de la historia de la Tierra que se desarrolló hace más de cien millones de años, cuando dominaban los dinosaurios. Fue un periodo muy distinto al actual, pues la paleogeografía era diferente en la medida en que el Atlántico aún no se había abierto del todo. Además, en cuanto a las condiciones ambientales, los niveles de CO2 atmosférico eran mucho más altos que en nuestros días. Tampoco había casquetes polares y el nivel del mar estaba más elevado, por lo que la temperatura era más alta, al mismo tiempo que la Península Ibérica se encontraba en una latitud tropical, lo cual conlleva un escenario tan diferente como susceptible de investigación”.
Para realizar indagaciones científicas sobre el pasado, Gea Guillén apuntó que, en su grupo, “se estudia el registro fósil, el registro geológico; en particular, se analizan las rocas y el contenido derivado de ellas, es decir, aquellas señales visibles que indican cambios ambientales o transformaciones en la fauna y en la flora”. En dichas rocas, hay química, tal como asegura Quijano López, para quien “la vida es química y esta queda registrada en los sedimentos y en las rocas sedimentarias. Así pues, dicha disciplina se enfoca en buscar, en encontrar, en estudiar y en definir los rastros de vida que dejan los seres vivos, tanto los dinosaurios como otros organismos microscópicos. Esos vestigios se conforman como esqueletos o como moléculas orgánicas, las cuales permanecen a lo largo del tiempo y sirven para proponer las condiciones ambientales de la época de la que datan. Asimismo, permiten conocer cómo los seres vivos se adaptaron a su entorno, evolucionaron y subsistieron”.
En el área de Geología, hay una limitación con respecto a otras ciencias, fundamentada en que no hay posibilidad de experimentación. Como consecuencia, “solo se puede observar la naturaleza y obtener datos, si bien hay que tener mucho cuidado porque los datos recogidos en una roca de cientos de miles de años son parciales. Por tanto, se intenta trabajar desde una perspectiva multidisciplinar para conseguir datos precisos con las tecnologías más punteras y con la colaboración de investigadores de distintas ramas del conocimiento. Gracias a esos datos, se genera un modelo compatible referencialmente y se producen unos resultados que habrá que reelaborar cuando se logren nuevas evidencias”, explicó José Manuel Castro. “La toma de los datos es esencial en un proyecto de este calibre, puesto que en una aproximación a cualquier muestra conviene eliminar lo externo por estar contaminado”, añadió Ginés Alfonso Gea.
Dentro del ámbito de la Química, el contenido en oxígeno interviene en los procesos geológicos, según María Luisa Quijano, en tanto en cuanto “las moléculas orgánicas están muy poco funcionalizadas, por lo que la oxidación se dificulta, de ahí que se prefiera hablar de contenido en oxígeno de la atmósfera, capa gaseosa que participa en la adaptación de los seres vivos al medio. Esta fase difiere de la oxidación de un material químico, así que resulta imprescindible hablar de factores como la temperatura, por ejemplo, en una zona volcánica, donde se preserva materia orgánica apta para un análisis pormenorizado. Entonces, el oxígeno, en este caso, es atmosférico y actúa en la creación de ambiente”. En ese sentido, la intervención es tan atmosférica como propia de los seres vivos; en consecuencia, Ginés Alfonso Gea enfatizó que “una de las variables que condiciona la acumulación de sedimentos es el aumento considerable de CO2. De este modo, la productividad orgánica en los fondos marinos es muy elevada y hace que se consuma el oxígeno de esas profundidades, lo cual ocasiona un enterramiento de materia orgánica que va a condicionar el sistema, de manera que se originen climas extremos”.
En definitiva, el Grupo de Investigación ‘Análisis de Cuencas y Geología Ambiental’ de la UJA demuestra la necesidad de la geología, de la paleontología y de la geoquímica como disciplinas indispensables para comprender los grandes cambios ambientales del pasado y, por ende, anticipar posibles escenarios futuros. A través del estudio minucioso de sedimentos, fósiles y señales químicas conservadas en las rocas, los investigadores, aparte de reconstruir las condiciones del Cretácico, aportan datos esenciales para entender cómo los ecosistemas reaccionaron ante fenómenos extremos. Esta labor, basada en el rigor científico y en el enfoque interdisciplinar, refuerza el papel fundamental de la investigación universitaria en la generación de conocimiento relevante y aplicable a los retos actuales del planeta.
Escucha el programa completo en el siguiente enlace: