Manuel Pulido Martos, Esther López Zafra, Julio Ángel Olivares Merino y Pilar Berrios Martos, en los estudios de UniRadio Jaén.

Los investigadores Esther López Zafra, Manuel Pulido Martos y Pilar Berrios Martos, pertenecientes al Grupo de Investigación ‘Análisis Psicosocial del Comportamiento ante la Nueva Realidad Social’ (HUM-651) de la Universidad de Jaén, han participado en un nuevo programa de ‘Campus: Panel de Expert@s’, espacio dirigido y presentado por Julio Ángel Olivares Merino, en UniRadio Jaén. Las líneas de investigación del referido grupo se basan en el estudio, la intervención y formación de los factores psicosociales asociados al funcionamiento óptimo individual, grupal y organizacional. En concreto, su interés radica en el liderazgo positivo orientado a las personas, en la violencia y cultura del honor, en la inteligencia emocional aplicada a diferentes contextos, en las organizaciones saludables y en los factores psicosociales asociados a los procesos oncológicos.

En lo que concierne a la denominación del grupo de investigación, López Zafra aclaró que “como grupo de investigación, hemos ido actualizándonos, evolucionando y consolidándonos, por lo que, recientemente, hemos cambiado el nombre del grupo al de ‘Well-being In Social Environments LaboratorY’ (WISELY). Como consecuencia, la cuestión fundamental en la que nos centramos actualmente es la del bienestar y la salud psicosocial, por lo que cabe resaltar la relevancia de la psicología positiva y de la relación existente entre los procesos psicosociales y el efecto que los anteriores tienen sobre el bienestar humano”.

Dentro del Máster de Psicología Positiva de la UJA, la profesora Berrios Martos se encarga, junto con el profesor Pulido Martos, de una asignatura centrada en las aplicaciones de la inteligencia emocional al contexto educativo y al laboral. Concretamente, Berrios Martos señaló que “en el máster, hay dos asignaturas sobre inteligencia emocional y la mencionada anteriormente se imparte en el segundo cuatrimestre”. “Lo que pretendemos con ambos cursos reside en formar a nuestros alumnos no solo en el concepto de inteligencia emocional, sino también en las diferentes metodologías que permiten evaluarla, predecir sus efectos y, por supuesto, examinar sus aplicaciones en distintos contextos, con el objetivo final de diseñar intervenciones eficaces que ayuden a mejorar y a desarrollar la inteligencia emocional en diferentes colectivos. Así pues, la inteligencia emocional se conforma como un conjunto de habilidades —en torno a cuatro, específicamente—, ordenadas de manera jerárquica según su nivel de dificultad: la habilidad para percibir las emociones propias y las ajenas; la habilidad para usar las emociones en la toma de decisiones; la habilidad para comprender las emociones y la habilidad para la regulación emocional”, afirmó Pilar Berrios.

En cuanto al uso que se hace de las habilidades y competencias emocionales, Pulido Martos destacó un artículo en el que se aborda la empatía en la medida en que “es un componente que se relaciona con la facilitación emocional, debido a que se puede hacer uso de dicha emoción con un fin pretendido, por lo que, cuando hablamos de empatía, si realmente tratamos de mostrar solidaridad con la otra persona, tenemos las herramientas, las competencias y las capacidades emocionales necesarias para alcanzar el referido propósito. Por el contrario, las habilidades de las que hemos hablado se erigen también como armas peligrosas, pues podríamos hacer daño, podríamos aumentar la competitividad con la otra persona, podríamos ir contra sus intereses y, precisamente, también podríamos utilizar esas emociones propias y ajenas con fines poco éticos”, explicó Pulido Martos.

Asimismo, Pilar Berrios añadió que “del mismo modo que una persona con una alta inteligencia cognitiva puede usar su coeficiente intelectual (CI) para hacer el bien o para manipular negativamente, con la inteligencia emocional pasa lo mismo en tanto que se puede emplear para aumentar tu bienestar o el de los demás o para conseguir otros objetivos inmorales”. Además, Esther López apuntó que “cuando hablamos sobre la empatía, estamos refiriéndonos también a un rasgo y a una característica individual de las personas, de ahí que la inteligencia emocional implique una parte social y de gestión de las emociones propias. Entonces, la inteligencia emocional se constituye como la capacidad de regular, por ejemplo, la empatía o cualquier otra emoción”. Por ende, Manuel Pulido aludió a “un trabajo en el que analizamos los niveles de eficacia en una negociación relativos a la inteligencia emocional de las personas negociadoras. En este sentido, lo que observamos fue cómo la inteligencia emocional ayudaba en este caso a restar competitividad en los mencionados contextos. De hecho, si trasladamos este estudio al contexto educativo, encontramos que las personas tóxicas en los entornos académicos tienen una falta enorme de competencias emocionales”.

En definitiva, el trabajo del grupo de investigación WISELY de la Universidad de Jaén revela la importancia de los factores psicosociales en la promoción del bienestar individual, grupal y organizacional. A través de sus investigaciones y su labor docente, sus integrantes destacan el papel esencial de la inteligencia emocional como una competencia clave, aparte de para el desarrollo personal y profesional, para la mejora de las relaciones interpersonales y la creación de entornos más saludables. Adicionalmente, advierten sobre el uso ético de estas habilidades, subrayando que, al igual que otras capacidades humanas, la inteligencia emocional puede emplearse tanto para fines positivos como para manipular o dañar. Al respecto, su enfoque apuesta por una formación integral que combine el conocimiento teórico con la aplicación práctica responsable, por lo que contribuyen a la creación de una sociedad más empática, más consciente y más competente emocionalmente.

Escucha el programa completo en el siguiente enlace: https://go.ivoox.com/rf/150332119

Autor
UniRadio Jaén (Álvaro García Conde)