El Centro Andaluz de Arqueología Ibérica (CAAI) de la Universidad de Jaén presentó el jueves, 17 de junio, la cámara funeraria del Príncipe Íbero de Arjona, en un acto en el que estuvieron presentes el Rector de la UJA, Manuel Parras Rosa; la delegada de Cultura de la Junta de Andalucía en Jaén, Mercedes Valenzuela Generoso; el alcalde de Arjona, José Puentes Serrano; la presidenta de la Asociación de Amigos de los Íberos, Pilar Palazón Palazón, y el director del CAAI, Arturo Ruiz Rodríguez.

En abril de este año, cuando el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica (Universidad de Jaén-Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía) finalizaba la campaña de excavación de la necrópolis de la Cuesta del Parral en el paraje de Piquia en Arjona, se documentó una cámara funeraria, que como el resto de los enterramientos de la necrópolis había sido construida en el siglo I antes de nuestra era (a.n.e.) y que contenía un importante ajuar.

El Rector de la UJA felicitó el trabajo que viene realizando desde hace años en CAAI, y subrayó “en que la Universidad de Jaén quiere ser referente en algunas cuestiones, que se nos reconozca internacionalmente la excelencia en cuatro o cinco líneas temáticas, entre ellas el patrimonio y, fundamentalmente, lo íbero”.

 

Asimismo, anunció que en breve se trasladará en CCAI a unas nuevas instalaciones dentro de la Universidad, en el edificio Centro de Investigación (C 6).

Por su parte, Pilar Palazón Defensa y protección del patrimonio, “y por eso nos sentimos enormemente orgullosos de haber contribuido de que esta zona arqueológica de Arjona sea una posibilidad y esperamos que dentro de poco en el Viaje al Tiempo de los Íberos”.

Por su parte, el alcalde de Arjona destacó que su municipio aporta a la cultura y al patrimonio provincial “elementos que van conformando y perfilando un generoso catálogo de hallazgos importantes”.

Por último, la delegada provincial de Cultura en Jaén aseguró que se trata de un magnífico hallazgo, “que va a formar parte en breve de ese Museo de Arte Ibérico” que se encuentra en construcción y que le dará mayor relevancia al museo.

La Cámara de Arjona es de mampostería con grandes sillares, planta rectangular y estuvo semienterrada. Desde su posición se abría un gran espacio circular demarcado por un foso, donde se realizaron los ritos funerarios en honor y memoria de quienes fueron allí enterrados. Entre ellos se ha documentado un ritual de libación (ceremonia religiosa, que consistía en derramar vino u otro licor después de probarlo). Al interior de la cámara funeraria se llegaba por el lado occidental a través de escalones. Enfrente se construyó una repisa sobre el suelo enlosado y en el lateral norte dos nichos a modo de cajas.

Lo importante de este reciente hallazgo, además de la excelente factura de la obra arquitectónica y de la información recogida durante la excavación, “es el ajuar funerario recuperado, que caracteriza la riqueza propia de un príncipe y su familia”, afirmó Ruiz.

Del conjunto de materiales arqueológicos destacan siete cráteras áticas de figuras rojas del siglo IV a.n.e. y amortizadas en el rito de enterramiento, que conviven con un ánfora Dressel, los restos de un gran vaso de vidrio y un importante número de recipientes de cerámica ibérica pintada tardía.

También se han excavado los restos de un carro funerario de hierro y madera con apliques y adornos de bronce. De estos últimos elementos, destacó Ruiz un hallazgo excepcional: “se trata de una cabeza de guerrero ibero que está siendo devorada o vomitada por un animal, seguramente un lobo, que recuerda por sus características las piezas también de carro, existentes en el Museo Arqueológico Nacional, procedentes de Cerro Maquiz en Mengíbar y hallados en el siglo XIX, sin descartar que se trate de un león”.