La responsable de los Programas de Personas sin Hogar y Vivienda de Cáritas Española y vicepresidenta de Apoyo a las Personas Sin Hogar de Cáritas, Sonia Olea Ferreras, presentó en la Universidad de Jaén la campaña de personas sin hogar 2012, que este año lleva por título ‘Son derechos, no regalos. Nadie sin hogar’, en el marco de la celebración de la Semana Solidaria.

Pregunta: ¿En qué consiste la campaña?

Respuesta: Este año estamos trabajando y poniendo en valor el no acceso al derecho a la protección social por parte de las personas sin hogar. Trabajamos en todos los puntos del estado, intentando concienciar ante la ciudadanía y denunciar ante las administraciones públicas la situación de invisibilidad de las personas que están en la calle.

P: ¿En qué sentido?

R: Explicamos a todo el mundo, administración local, medios de comunicación y sociedad, lo que se puede hacer. A las administraciones públicas les pedimos que haya una renta universal dentro del Estado, en la que cualquier persona en situación de exclusión social o vulnerabilidad tenga acceso tanto a una cantidad de dinero como a un acompañamiento por parte de los servicios sociales de los ayuntamientos. A los medios de comunicación, que sigan haciendo llegar a la ciudadanía el otro lado de la calle, no el lado escandaloso o amarillo, sino el cotidiano y el vivir de cada uno. Y a la sociedad en general, que viva el acceso a derechos como lo que son, derechos, no como regalos que nos dan por cotizar, por portarnos bien o por tener determinada nacionalidad. Que entiendan que todos estamos en el mismo barco y que todos vamos caminando a que la sociedad sea mejor.

P: ¿Cómo se presenta el futuro inmediato?

R: Cáritas publica un informe de la realidad cada seis meses y hemos pasado de 8 millones de personas en situación de pobreza a 12 millones. Pero sobre todo, a parte de la situación de pobreza, la mayor pérdida que comprobamos es de derechos. Una pérdida brutal y constante de derechos de personas en situación de exclusión y vulnerabilidad, lo que nos preocupa porque significa una modificación brutal de la sociedad. Un cambio de sociedad donde solo los fuertes van a tener una vida digna. En Cáritas pensamos que esto no es correcto.

Autor: Gabinete de Comunicación UJA (F.R.R.).