Científicos de la Universidad de Jaén, dirigidos por Mª Pilar Cordovilla Palomares, realizan un proyecto de investigación dirigido a estudiar la respuesta de determinadas plantas halófitas, con una alta tolerancia a la salinidad, a distintos reguladores del crecimiento que se les aplican.

El objetivo de este trabajo, incentivado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, es realizar cambios en el metabolismo de este grupo de vegetales para que se puedan aplicar en un futuro a plantas, y así aprovechar terrenos con un alto contenido en sales para nuevos rendimientos agrícolas.

Andalucía cuenta con un elevado número de suelos salinos que no pueden ser cultivados. Este problema se debe, principalmente, a la evaporación del agua por el incremento de las temperaturas, y al mal uso que se hace de los fertilizantes. Hasta ahora, en algunos lugares de la comunidad andaluza, como por ejemplo Almería, se ha intentado remediar este problema con los denominados “cultivos sin suelo”. Sin embargo, este método no soporta todos los climas.

La Universidad de Jaén ha iniciado este proyecto, precisamente, para analizar nuevas formas de explotación de estos suelos estudiando, con ello, el comportamiento de las plantas halófitas, un tipo vegetal que sobrevive en estas zonas ya que ha adaptado su metabolismo a suelos con un alto contenido en sales. “Estas plantas pueden dar la clave de cómo plantas con interés agrícola deberían funcionar para tolerar niveles elevados de sal en el suelo”, explica la investigadora principal.

El proyecto, que lleva desarrollándose dos años, pretende descubrir desde un nivel molecular cuáles son los reguladores del crecimiento en suelos con un alto contenido en sal, y a qué nivel se estimulan o en qué etapa del crecimiento.

Plantas halófitas

Las plantas con las que trabaja este grupo de investigación de la UJA contienen un amplio rango de metabolitos, sustancias que se acumulan en las hojas y que se pueden usar con otros fines que no sean alimenticios, por ejemplo, medicinales. “Hasta el momento hemos trabajado con Plantago Coronopus, que se caracteriza por tener una gran cantidad de metabolitos en sus hojas; frankenia pulverulenta, que elimina las sales a través de sus hojas, y atriplex próstata”, explica la investigadora principal del estudio.

“En primer lugar las caracterizamos con sal en cámaras de cultivo, no en campo, ya que no aportarían resultados contundentes por las diferentes características del suelo. Después les aplicamos reguladores del crecimiento y observamos cómo responden a este tratamiento”, comenta la profesora Cordovilla Palomares. “Los resultados que encontramos hasta el momento es que no todas las plantas halófitas responden igual. Algunas aumentan los niveles de poliaminas -reguladores del crecimiento- dentro de la planta cuando crece en niveles muy altos de sal”, comenta Mª Pilar Cordobilla Palomares.

Ese aumento tiene distintas explicaciones, que también estudiarán en un futuro, y que tendrán que ver con el desarrollo de la planta en dichos suelos. Además, han detectado otra hormona que se transforma, el etileno, que está relacionada con la poliamina y con el estrés de las plantas. El estudio continúa para comprender si la planta, cuando es metabólicamente común, elige aumentar sólo las poliaminas o también el etileno. De esta manera los expertos de la UJA están cada vez más cerca de averiguar cuál es la clave de que el metabolismo de las halófitas esté adaptado a la salinidad, y después poder generar el mismo sistema en cultivos agrícolas.

“Este estudio supone para el campo un cambio importantísimo, ya que estos suelos salinos de forma moderada, que llevan muchísimo tiempo sin utilizar, se pueden convertir en un futuro en suelos agrícolas”, expone Mª Pilar Cordovilla. Las primeras plantas agrícolas con las que se tratará este sistema serán las hortícolas, porque aceptan mejor el cambio. “Cuando estas plantas se vendan en el vivero ya tendrán esta transformación molecular realizada”, concluye Cordovilla Palomares.

Fuente: Innovapress

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