Las investigadoras de la UJA Beatriz Montes y María Aranda, a la derecha, en una de las entrevistas grupales.

El proyecto ‘Net-Care: Networking and Care for Migrant and Refugee Women’ avanza en su desarrollo, con el objetivo de optimizar recursos y actuaciones profesionales dirigidas a la intervención con mujeres, menores inmigrantes y personas refugiadas y solicitantes de asilo víctimas de violencia de género.

Financiada por la Unión Europea, dentro de la Dirección General de Justicia y Consumidores, esta investigación cuenta con un total de siete socios de tres países (Italia, Grecia y España), bajo la coordinación general de OXFAM Italia, siendo la Universidad de Jaén (UJA) la única universidad que participa y, junto con la Asociación por el Empleo y la Integración Social (ASEIS), las dos únicas entidades españolas presentes. Así, pretende fortalecer un sistema de apoyo y cuidado multisectorial para personas inmigrantes y refugiadas que sean víctimas de violencia de género.

Beatriz Montes Berges y María Aranda López, profesoras del Departamento de Psicología de la Universidad de Jaén, son las coordinadoras del proyecto en la UJA y, a partir del lanzamiento del mismo, el siguiente paso ha sido la constitución de grupos focales de trabajo para recopilar información muy precisa, previamente considerada a través de preguntas, a través de unas entrevistas grupales a representantes de instituciones públicas y privadas de los tres países participantes para analizar qué necesidades y/o dificultades existen a la hora de atender al colectivo de población objeto del proyecto. En total, se constituyeron ocho grupos, entre entidades públicas, privadas y representantes de los colectivos de estudio. “Una vez que esa información está definida, el siguiente paso es coordinar las necesidades que surgen a partir de ella, de ahí que sea necesario celebrar nuevas reuniones de coordinación a partir del mes de marzo”, señala Beatriz Montes. “El contenido de los grupos focales servirá como base para crear el material formativo para hacer cursos profesionalizantes de mediadores y mediadoras culturales”, añade María Aranda.

Las reuniones de los grupos focales celebradas han supuesto una toma de contacto efectiva entre los diferentes agentes con los que se trabaja en este proyecto. Hasta la fecha, según las primeras informaciones recibidas, se ha detectado una necesidad generalizada de revisar normativas y ciertas prácticas, así como de reducir procesos burocráticos, ya que existen muchas cuestiones que prácticamente no se pueden solucionar o resultan dificultosas a la hora de atender a mujeres, menores inmigrantes y refugiados víctimas de violencia de género. La mediación cultural es una de las principales bases sobre las que se sustenta ‘Net-Care’, sin embargo, es un aspecto que se ve mermado debido a la falta de recursos materiales y humanos. Por eso resulta tan importante el hecho de aumentarlos y formar a profesionales en este ámbito para que no existan barreras de tipo cultural.

Instituciones de muy diversa índole han intervenido en esta fase inicial del proyecto, como la Subdelegación del Gobierno de España en Jaén a través de su Unidad de Violencia de Género, el Instituto Andaluz de la Mujer, el Patronato de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Jaén, el Servicio Andaluz de Empleo, el Centro de Menores ‘Carmen de Michelena’, la Fundación Diagrama, Cruz Roja, Cáritas, asociaciones de mujeres y relacionadas con el trabajo con menores, autoridades judiciales vinculadas con Violencia de Género o la Unidad de Extranjería de la Policía Nacional, entre otras muchas.

El objetivo final es intentar establecer un protocolo de actuación común y crear un curso de formación de mediadores culturales, tanto presencial como online. Y es que el proyecto ‘Net-Care’ surgió con la intención de poner a disposición de servicios sanitarios, sociales y legales (incluyendo centros antiviolencia, agencias antitráfico de personas, centros de recepción, hospitales, salas de emergencias, servicios comunitarios, oficinas legales y comisarías de policía) la creación de una red de trabajo, a través de la cual se elaborará una lista de profesionales clave implicados en los tres países. En cada uno de ellos se seleccionará una serie de personas que actuarán como mediadores culturales, que se entrenarán en la intervención óptima en casos variados de violencia de género, incluyendo antitráfico y violencia sexual, siempre comenzando a partir de la detección de las necesidades de las víctimas y siguiendo un procedimiento confidencial y definido en común siguiendo la normativa internacional de protección.

Las siete organizaciones asociadas en este proyecto tienen la intención de involucrar a los proveedores de servicios clave, fortalecer su colaboración y coordinación, y promover un uso definido y estructurado del servicio de mediación cultural como una estrategia fundamental para llegar al grupo objetivo y extender la respuesta de emergencia en VSG a las mujeres y menores inmigrantes y refugiados.

Una vez que esta formación sea completada, se prevé que los mediadores culturales capacitados organicen, a nivel local y regional, intervenciones directas de sensibilización sobre la protección y el apoyo a la violencia de género y sexual, para sensibilizar y orientar a las comunidades de personas inmigrantes y refugiadas sobre los servicios existentes en la red y los canales de referencia.

Autor
Gabinete de Comunicación de la UJA