Virginia María Fuentes

La investigadora de la UJA Virginia María Fuentes gana el Premio Tesis Doctoral concedido por el Centro de Estudios Andaluces. Su tesis consiste en un estudio cualitativo sobre la migración de las familias bolivianas que se centra en la situación socio laboral de las mujeres y su vida familiar, y que ha sido dirigido por la profesora Belén Agrela.

¿En qué consiste el trabajo de investigación por el que has sido galardonada?

El objetivo principal de mi tesis doctoral (‘A vueltas con las migraciones. Estrategias de migración familiar transnacional. Una mirada desde el Trabajo Social a propósito de las familias bolivianas’) es el estudio cualitativo de la migración de las familias bolivianas desde la perspectiva transnacional y la aproximación a sus representaciones y abordaje desde la intervención social. A dos niveles, indagamos primero en la situación socio laboral de las mujeres bolivianas en Jaén y en el impacto que esta situación tiene a nivel familiar, para poder entender las estrategias desplegadas por las familias, sus propias representaciones sobre la migración materna y, en definitiva, cómo es vivida la experiencia para el resto de miembros que componen el hogar transnacional. En un último punto, se identifican en este trabajo las lógicas discursivas y prácticas de acción con mujeres migrantes y familias migrantes. Hemos tomado como estudio de caso la intervención social ejecutada en dos espacios sociales: Jaén-España (contexto de inmigración) y Santa Cruz de la Sierra-Bolivia (contexto de emigración).

¿Qué uso social puede hacerse de este trabajo? ¿Puede de alguna manera ayudar a las organizaciones y asociaciones que trabajan con familias bolivianas?

La aplicabilidad social de este trabajo es muy evidente y forma parte de una de las funciones de la investigación en Trabajo Social. El último apartado de la tesis está dedicado justamente a conocer los discursos y prácticas que desde las entidades de acción social de origen y destino se emiten acerca de la migración femenina, la familia migrante y el hogar transnacional. Tras el análisis, nos aventuramos a considerar nuestro trabajo una apuesta por un enfoque transnacional de la intervención con migrantes que tenga en cuenta la conexión real que existe entre el origen y destino, que permita trabajar la igualdad de género y garantice el bienestar de los miembros que participan de la migración, particularmente, de los menores de edad. En línea con otros trabajos observamos que la configuración transnacional de las familias migrantes sigue siendo resultado de un modelo impuesto y no tanto de una elección por la que prefieren vivir separados. Comprender la complejidad del fenómeno migratorio y garantizar la voluntad de quienes participan en la migración es objetivo de los Estados y también de las organizaciones sociales que se configuran como agentes ‘clave’ en la mejora de la vivencia transnacional.

¿Cómo te sientes al haber ganado este premio?

Muy abrumada y feliz. Creo que el premio supone la oportunidad de visibilizar la realidad de un fenómeno social complejo, como es el de la migración familiar, al tiempo que sirve de reconocimiento a la labor científica que también se desarrolla desde áreas como las de Trabajo Social. 

¿Piensas seguir desarrollando esta misma línea de investigación? 

Sí, cuando llevas a cabo una investigación de tanta envergadura como es una tesis doctoral siempre surgen nuevas líneas por las que continuar. Este trabajo no es una excepción y en un contexto como el actual, que se mueve entre la restricción a la movilidad humana y la globalización e intercambio de bienes y objetos a nivel mundial, es importante seguir avanzando en el estudio de las migraciones desde una perspectiva humana y social. 

¿Por qué te has centrado en las familias bolivianas?

Cuando nos planteamos abordar la migración femenina y sus implicaciones familiares la migración boliviana en Jaén no era la más significativa en ese momento, sin embargo,  parecía cumplir una serie de condicionantes que resultaban interesantes para nuestro estudio. Primero, se trataba de una migración feminizada y familiar, en tanto que la mayoría de las mujeres migrantes bolivianas tenían hijos e hijas a su cargo. Segundo, conformaba una migración de llegada reciente en comparación con otras nacionalidades con menor tiempo de asentamiento, y mostraba una mayor vulnerabilidad laboral y social que se reflejaba en su posibilidad de vida en familia. Tercero, se trataba de un asentamiento local compuesto en su mayoría por mujeres, en el que todas procedían del mismo lugar, el departamento de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia.

¿Has viajado a Bolivia? ¿Cuándo y durante cuánto tiempo?

Sí. Tuve la oportunidad de viajar a Bolivia en dos ocasiones, la primera estancia de investigación la realicé en el año 2011, en  el Instituto de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. En la segunda estuve vinculada a la Universidad Católica Boliviana San Pablo. En total, estuve 4 meses y medio realizando trabajo de campo en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). Las estancias de investigación fueron financiadas por el Programa de Movilidad Exterior del Plan propio de la Universidad y por la Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado, respectivamente.

¿Qué es lo que más ha llamado tu atención sobre las mujeres bolivianas que emigran?

Son mujeres que superan muchas dificultades y deciden emprender un viaje migratorio lleno de obstáculos legales con grandes costes personales. Muy a menudo son mujeres cualificadas que terminan ocupándose en empleos de tipo intensivos, como es el caso del servicio doméstico. En línea con los resultados de otras investigaciones este trabajo pone de relevancia el compromiso afectivo y material de las migrantes bolivianas respecto a sus familiares de origen, algo que está claramente determinado por el género y que es posible constatar también para el caso de mujeres migrantes de otras nacionalidades.

Autor: Gabinete de Comunicación de la UJA (G.P.C.)