De izquierda a derecha: (arriba) Miguel Ángel Mendieta, Amparo Perales, Silvia Ortega, Juan Acevedo, Josefa Jiménez, Juan José Pérez, Carmen García, Rosa Martos, María José Martínez; (abajo) Agustín Pérez y Manuel Jesús Ruiz.

Se han cumplido 25 años, sí, 25 de nuestra graduación como Licenciados en Ciencias Químicas, y 30 del comienzo de nuestra vida universitaria, en lo que por entonces todavía era Universidad de Granada – Colegio Universitario de Jaén. Cabe mencionar que dicha licenciatura (especialidad en Química y Tecnología de las Grasas) en el año de nuestro comienzo (1992) era la única carrera completa que se podía estudiar en aquella Facultad de Ciencias Experimentales, la cual solo llevaba un par de años de existencia como tal.

Estos estudiantes, los que nos licenciamos en Jaén, procedíamos íntegramente de nuestra provincia, de su campiña, de sus lomas y de sus sierras: Alcaudete, Arjona, Bailén, Escañuela, Jaén, Linares, Marmolejo, Martos, Santisteban, Úbeda, Valdepeñas, Villacarrillo o Villargordo. Y digo esto, porque la promoción comenzó con varias decenas de nuevos compañeros en el primer curso pero experimentó, como era costumbre, una merma masiva al acabar el primer ciclo (tercero), dado que muchos preferían acabar sus estudios principalmente en la Universidad de Granada, por diversos motivos.

Esta promoción, mi promoción, fue testigo entre clase y clase de la creación de la Universidad de Jaén en 1993, y todo lo que supuso durante aquellos primeros años: construcción de nuevas infraestructuras y aularios, conflicto con no pocos profesores que no querían quedarse adscritos a la Universidad de Jaén, y la lucha de ésta para evitar su “huida” y la descapitalización que eso suponía, con el riesgo de no cumplir los ratios normativos obligados  de la nueva institución. Como testigos, y algún que otro participante, fuimos también del concurso para el escudo de la recién creada Universidad.

Volviendo a nuestra Promoción de Ciencias Químicas, la 92 – 97, que fue una de las últimas de la mencionada especialidad, hay que reconocer que desde el punto de vista profesional, como se demostró posteriormente y a los hechos me remito, no tenía un espacio laboral real; el mercado del aceite de oliva de nuestra provincia no absorbió a aquellos licenciados en química más allá de algunas prácticas puntuales, o algún puesto de técnico de laboratorio, como excepción. ¿En qué acabaron trabajando aquellos licenciados? No ha sido posible contactar con todos, pero no hay duda que mayoritariamente en el ámbito académico. Hay al menos una decena de profesores de enseñanzas medias, y tres profesores universitarios en otras instituciones: ninguno de esta promoción acabó como profesor en la UJA. También hay profesionales con puestos de responsabilidad en empresas relevantes relacionadas con la farma-química, y visitadores médicos. Otros compañeros, los menos, han acabado trabajando en diferentes ámbitos privados, pero lo más importante: todos nos ganamos la vida, en mayor o menor extensión, gracias a la formación integral recibida durante aquellos años en la UJA.

Y sí, 25 años después, el sábado 16 de julio de 2022, once compañeros (Miguel Ángel Mendieta, Amparo Perales, Silvia Ortega, Juan Acevedo, Josefa Jiménez, Juan José Pérez, Carmen García, Rosa Martos, María José Martínez, Agustín Pérez y Manuel Jesús Ruiz) de los veintitantos de la promoción, conseguimos juntarnos y celebrarlo como se merecía. 25 años sin vernos, y sin saber poco o nada la mayoría unos de otros. No fue un acto institucional, pero sí un acto entrañable y emotivo de aquellos testigos por entonces inconscientes, pero únicos, de la eclosión de la que una vez fue nuestra Universidad.

Autor
Agustín F. Pérez Cadenas (Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Jaén y catedrático de Química Inorgánica de la Universidad de Granada).
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