Los alumnos de la Universidad Jaume I de Castellón Jon Ander Lecertúa Corres y Víctor Lozano Albalate han ganado la final del V Concurso Nacional de Robots Humanoides (CEABOT), que convoca el Comité Español de Automática, con motivo de la celebración de las XXXI Jornadas de Automática en la Universidad de Jaén.

El concurso, que se ha desarrollado desde las 09:30 hasta las 13 horas, tuvo lugar en la planta baja del edificio B 4 (Aulario Flores de Lemus) del Campus Las Lagunillas de la Universidad de Jaén.

En el concurso participaron 12 equipos de robótica de universidades españolas: Universidad Jaume I de Castellón, Universidad Politécnica de Madrid, Universidad de Jaén, Universidad de Almería, Universidad Politécnica de Valencia (2 grupos), Universidad de Alicante, Universidad del País Vasco, Universidad Politécnica de Cataluña (2 grupos) y CINESVAT (México (2 grupos).

El segundo premio fue para la Universidad Politécnica de Cataluña y el tercero para la Universidad del País Vasco. Los premios de este año fueron los siguientes: primer clasificado, 500 euros; segundo clasificado, 250 euros, y tercer clasificado, 150 euros.


Este acontecimiento pretende ser un foro de divulgación científica para los más jóvenes con inquietudes en este ámbito de la tecnología.

El responsable de la organización del concurso, Alberto Jardón, de la Universidad Carlos III, apuntó como originalidad de este acontecimiento, “el hecho de que es el único concurso en España donde compiten únicamente robots con aspecto humanoide”.

La primera prueba trató de conseguir que cada robot fuera capaz de enfrentarse a otro dentro del Área de Combate para obtener puntos Yuhkoh (puntos efectivos). Los combates consistieron en 2 asaltos de 3 minutos cada uno con un tiempo máximo entre asalto y asalto de 1 minuto. Ganó el combate el robot con más puntos Yuhkoh en el total de los dos asaltos.

La segunda prueba fue de movilidad, con dos niveles. En el primer nivel, el robot realizó una carrera ida y vuelta salvando unos obstáculos colocados de forma aleatoria. En el segundo nivel, el robot llevó a cabo una carrera (solo ida), teniendo que superar una escalera con peldaños de 3 centímetros de altura.

Los robots debían de ser de tamaño pequeño (hasta 0.5 metros); de fabricación propia o basados en kits comerciales. Para superar las pruebas era fundamental la selección y el tratamiento de sensores de control autónomo, y los robots debieron de desarrollar comportamientos adecuados a cada prueba (lucha, evitación obstáculos,…).