La diferencia de salario entre hombres y mujeres en las universidades públicas en España es del 10,9 por ciento de media, según el avance del informe «Brecha salarial de género en las universidades públicas españolas», presentado este viernes 3 de noviembre por la delegada de Políticas de Igualdad Crue y rectora de la Universidad de Huelva, María Antonia Peña; la directora de Gabinete del Ministerio de Universidades, Marta Cruells, y la directora de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), Mercedes Siles. El documento final se publicará en los próximos días.
El objetivo de esta publicación, con los datos aportados por 20 universidades públicas, es conocer la brecha salarial existente en el sistema universitario, sus características y sus causas con el fin de saber qué medidas pueden tomar las universidades para reducirla. También han participado en una mesa técnica de la presentación del documento la coordinadora del mismo y profesora titular del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Pilar Carrasquer, junto a las profesoras e investigadoras de la Universidade da Coruña Matilde Massó y Montserrat Golías.
«Todos y todas sabemos que las brechas salariales no son sino una expresión más de las dificultades que las mujeres tienen en el desarrollo de su carrera docente e investigadora, de los numerosos obstáculos internos y externos que tienen que salvar para garantizar su estabilización y promoción profesional y de la falta, en muchos casos, de programas de conciliación laboral y familiar para ambos sexos que permitan mantener el ritmo adecuado en el ejercicio docente e investigador», ha subrayado la rectora María Antonia Peña durante su intervención en este acto .
En este sentido, tal y como ha señalado la directora del Gabinete del Ministerio, Marta Cruells, «este estudio es un primer paso muy importante para avanzar en la corrección de la brecha salarial en las universidades del conjunto del estado». Además, ha destacado que se trata de un «ejemplo de transparencia para todo el sector público» y ha precisado que la muestra en que se basa el informe alcanza al 55% del personal docente e investigador de las universidades públicas, es decir, más de 50.000 personas.
Por su parte, la directora de la ANECA, Mercedes Siles, ha subrayado la estrecha colaboración de las tres instituciones, que ha definido como «un tándem potente», que se inicia con este estudio que «supone el principio de una serie de acciones que van a contribuir a que se reduzca esta brecha salarial».
La mayor brecha se da en los complementos
El informe revela que el grueso de esta brecha salarial procede, fundamentalmente, de los complementos salariales, donde la distancia alcanza el 16,9% de media. Es importante destacar que los complementos constituyen la forma a través de la cual se retribuyen los méritos investigadores y de participación en proyectos o actividades de investigación, formación o gestión. Y son estos complementos los que terminan convirtiéndose en el mecanismo a través del cual se materializa la discriminación salarial entre hombres y mujeres, según sus autoras.
Sobre esto último, destaca la brecha del complemento por participación y liderazgo de proyectos de investigación, que es de un 41,4%. Se deduce del informe que los varones tienen un acceso mayor al ingreso de este tipo de complementos probablemente por una menor carga de trabajo en el hogar, y así más disponibilidad para involucrarse en grupos de investigación; pero también porque el acceso a estos proyectos de investigación se facilita desde posiciones más estables y con mejores condiciones laborales.
La brecha del 25,9% generada por los sexenios de investigación, que son el complemento salarial de productividad científica, es de gran importancia para entender la desigualdad de género. Estos sexenios son la herramienta para promocionar a categorías más estables, más altas y con mayores salarios, ya que solo los pueden solicitar el funcionariado de carrera o, en aquellas universidades con convenio con ANECA, los profesores contratados doctores (incluyendo también interinos).
Más allá de este complemento por productividad científica, que en parte da cuenta de la permanencia en la institución universitaria, se añaden otros complementos por antigüedad, como los trienios y quinquenios, que también presentan un alto índice de brecha salarial. No es desdeñable la brecha que presenta el complemento específico asociado a cada categoría laboral, que se eleva al 19,4%, y refleja la presencia mayoritaria de varones en las categorías de catedrático o equivalente, cuyas cantidades son más sustanciosas.
El estudio muestra cómo no hay apenas diferencias salariales al inicio de la carrera del personal docente e investigador (PDI), mientras que, a medida que avanza esta carrera profesional, en concreto entre los 30-39 años, la brecha se abre a su máximo coincidiendo con la edad de mayor acceso a la carrera docente. Además, coincide con la franja de edad en la que las mujeres y los hombres suelen iniciar proyectos familiares, pero son las primeras las que ven su carrera y sueldo afectados por ello. Con el paso del tiempo, tiende a relajarse y estabilizarse, manteniéndose en torno al 3%. No obstante, la brecha en los complementos es la más significativa en cualquier franja de edad.
Trabajo interinstitucional
La delegada de Igualdad de Crue ha explicado que este estudio es fruto del acuerdo firmado entre el Ministerio de Universidades, ANECA y Crue en marzo de 2021, que culminó con el encargo a las especialistas de un trabajo que permitiera conocer cuál es la realidad de las brechas salariales en la Universidad española y, sobre todo, articular las medidas que correspondan para emprender acciones que tiendan a su progresiva disminución y erradicación.
«El estudio pone negro sobre blanco la realidad incontestable de esta brecha que, lamentablemente, se suma a otras, como las existentes en el acceso a la gestión universitaria o en la masculinización y feminización de los ámbitos de conocimiento», ha subrayado la rectora Peña, que ha celebrado que, a partir de ahora, las universidades contarán con un «valioso instrumento» para conocer su propia realidad y acometer estrategias.
También ha reiterado la «apuesta» de Crue por mantener este «espíritu de colaboración institucional», con el ánimo de adoptar medidas correctoras y sensibilizar a las comunidades universitarias y a la ciudadanía. Por último, ha destacado el papel de la Universidad como referente de una «transformación urgente» de la sociedad que la conduzca hacia la igualdad efectiva entre hombres y mujeres y ha reconocido el trabajo de su predecesora en el cargo, la vocal del Comité Permanente de Crue y rectora de la Universitat Jaume I, Eva Alcón .