El director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEFP), Rafael García, explicó este lunes en el II Foro de Salud y Economía de los Cursos de Verano de la Universidad de Jaén en Torres, que la demanda de salud en las sociedades desarrolladas es mucho mayor que los recursos de los que disponen los estados, por lo que hay que priorizar qué aspectos se cubren.

De esta forma, García apostó por que en España no se financien los medicamentos utilizados exclusivamente para enfermedades leves, como un resfriado o un dolor de cabeza, y sí se financien los medicamentos para cuestiones mayores, ya que patologías como la psiquiatría o la salud bucodental no están bien cubiertas. “Si sólo dejaran de financiarse el 5 por ciento de estos medicamentes para enfermedades leves, el Estado español se ahorraría 1.200 millones de euros cada año y a cada médico le quedarían 22 horas libres al año para tratar mejor a cada paciente”, afirmó.

El director general de ANEFP cree que estas medidas no se han aplicado en España por motivos políticos, pues el Gobierno de turno tiene miedo de que le acusen de restar prestaciones sanitarias, a la vez que no es fácil obligar a los pensionistas que tienen ingresos bajos a asumir un gasto en medicamentos, aunque cree que se les podría compensar a través de otras vías.

La jornada del lunes también contó con la participación de Osvaldo Artaza, ex ministro de Salud chileno, quien puso de relieve que Chile es un país con grades desigualdades sociales, a pesar de que ha reducido en los últimos 20 años los niveles de pobreza desde el 40 por ciento de la población hasta el 14 por ciento de la actualidad. “Chile posee una población muy vulnerable en los momentos de crisis económica, ya que los ciudadanos tienen que asumir el 30 por ciento del gasto sanitario, principalmente en medicamentos. Para responder a esta realidad, Chile ha estado impulsando en las últimas décadas políticas sociales universalistas”, manifestó.

Otro de los ponentes del foro fue Pere Feliu, director general de FarmaEgara-FarmaEuropa, que se centró en la distribución farmacéutica dentro del hospital y ha abogado por la necesidad de externalizar este servicio y por la implantación de las centrales de compra. “Las ventajas son que se puede dedicar más al facultativo a la investigación y a la atención al paciente, al que se puede atender mejor. Además, se puede conseguir una mejor gestión del espacio, más rapidez en la distribución y se logran mejores precios en las compras de productos”, indicó.