Más jóvenes y con mayor nivel socioeconómico que hace unos años. Así son en la actualidad los jóvenes internados en el Centro de Internamiento de Las Lagunillas en Jaén. Su directora, Ana Belén Rivero Nágera, ha detallado los cambios en el perfil de los menores infractores en su conferencia 'La medida de internamiento en régimen cerrado', impartida dentro del curso 'La delincuencia juvenil: (re)educación, inserción social y derecho penal de menores'.

La directora ha declarado también que, en el último año, se ha incrementado el número de jóvenes condenados por maltrato familiar. En esta línea, Rivero Nágera ha manifestado que “el perfil cambia de forma constante por lo que se va actualizando continuamente el trabajo con los menores”. Así, destaca que el 70% de los internos en el Centro de Las Lagunillas no reinciden. “La labor del centro es, fundamentalmente, que aprendan a convivir”, apunta.

La directora señala que los menores reciben, como mínimo, cuatro horas formativas académicas diarias, además de formación para la inserción laboral y multitud de actividades para desarrollar la competencia psicosocial. “Debemos trabajar el autocontrol y enseñarles a cubrir su tiempo libre con actividades de ocio ya que, en gran medida, muchos delitos se comenten porque no saben administrar estos momentos de asueto”.

Sin embargo, Ana Belén Rivero Nágera sostiene que, en estos momentos, el principal motivo que puede propiciar reincidencia de los internos no deriva de deficiencias en el trabajo con los menores, sino con los adultos. “Echamos de menos la participación de los familiares, y creemos que deberían incrementarse las políticas que fomenten su participación, tales como escuelas de padres”.

Reinserción de menores

Por su parte, José Ángel Blanco Barea, jefe de Servicio de Justicia de la Delegación de Gobernación y Justicia de Jaén, ha centrado su conferencia en las medidas que aplica la Administración para la reinserción de los menores problemáticos. 'La ejecución de las medidas y su control' ha sido el título de su conferencia, en la que ha explicado la labor de la Administración Autonómica una vez se dicta la sentencia judicial.

Según ha detallado Blanco, la delegación realiza un contrato con una entidad privada, tras una exhaustiva selección, que se encargará de la educación y reinserción de los menores y que será supervisada de forma constante por los técnicos públicos. Blanco ha destacado que la principal diferencia entre la justicia aplicable a los mayores y la que afecta a los menores radica en el hecho de que la segunda “no busca castigar, si no reeducar y, por ese motivo, las actividades formativas y socializadoras no son optativas, sino obligatorias”.

En este sentido, cada niño tiene “su propio programa individualizado basado en la sentencia dictada por el juez y en las aportaciones del Ministerio Fiscal, partiendo de la situación familiar, personal, y psicológica de cada individuo concreto”.

Esta política personalizada, que supone un ratio aproximado de un educador por cada 15 menores, da como resultado en la provincia jiennense que el 75% de los niños en tratamiento no vuelvan a delinquir. En el ámbito regional, durante 2009, de los 7 mil menores que estuvieron en seguimiento en medio abierto, 2000 reincidieron. En el caso de los internos (1.700) el porcentaje se incrementa.