Expertos de la Universidad de Jaén han iniciado un proyecto de excelencia de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, dotado con 120.000 euros, dirigido a realizar primer inventario de molinos de viento andaluces. A través de El patrimonio molinar eólico de Andalucía, los expertos de la UJA, dirigidos por el profesor José Ignacio Rojas Sola, realizarán una catalogación y diseñarán un Sistema de Información Geográfica (SIG) que muestre datos y sus diferentes ubicaciones para acercar al gran público la enorme riqueza de este patrimonio cultural, según informa Andalucía Investiga.

El interés en la restauración y consolidación de los molinos de viento radica en el hecho de que son, por su especial ubicación, marcadores e identificadores del paisaje. La importancia de recuperar estos testigos históricos ha llevado a este mismo equipo de expertos a colaborar con las Universidades del País Vasco y Politécnica de Madrid para reconstruir de manera gráfica la tipología de los molinos de viento de la Mancha, en la España de los siglos XVI y XVII. Este proyecto se denomina Arqueología Industrial e Historia de la Tecnología: Recuperación del patrimonio histórico e industrial mediante técnicas de diseño e ingeniería asistidas por ordenador y también se extiende a la localización, catalogación, reconstrucción y representación del patrimonio histórico e industrial español. Para los expertos de la UJA se trata de un estudio pionero en España, “puesto que hasta el momento ningún trabajo había prestado especial atención a la recuperación de un patrimonio industrial ligado a las tecnologías rurales como es el molino de viento, hoy en día en peligro de extinción”, destaca el profesor Rojas Sola.

Dentro de este proyecto, los investigadores recuperarán –de forma virtual- el proceso de obtención de la harina en los molinos. Para ello utilizarán como herramienta el CAD (Computer-Aided Design) o Diseño Asistido por Ordenador, que ha supuesto un avance revolucionario en lo que afecta al modelado de máquinas u objetos. Su origen se remonta a comienzos de la década de los sesenta cuando Ian Sutherland desarrolló, a partir de hardware, el primer sistema de DAO. Estas aplicaciones permiten modelar con mayor precisión que la del ojo humano y además no generan papel, todo está en el ordenador y desde el modelo generado se puede obtener toda la información. Existen programas que someten al modelo a diversas pruebas, realizando por tanto una simulación, con la ventaja añadida de no necesitar fabricar un prototipo.

En arqueología industrial, cuando se trata de ver cómo funcionaban las antiguas máquinas que ya están en desuso, la animación por ordenador se convierte en una poderosa herramienta. En realidad, una animación por ordenador no es sino la concatenación de imágenes estáticas que se visualizan con gran rapidez a 25 cuadros por segundo, transmitiendo la sensación de movimiento.

Por otro lado, entre las ventajas de la utilización de las técnicas infográficas, como el modelado tridimensional y animación por ordenador, es que no son invasivas, permitiendo obtener información fiel acerca del objeto a recuperar sin necesidad de tener contacto con él, por ejemplo, con un láser escáner tridimensional. Asimismo, permite la reconstrucción virtual de entornos u objetos que no existen, a través de investigaciones históricas, que arrojen luz sobre cómo eran los mismos, o a través de restos físicos.

Para realizar las investigaciones se basan en un trabajo de campo apoyado en la memoria del trabajo y la cultura material, rescatando cualquier ejemplo de patrimonio cultural. Hasta ahora han trabajado para sectores como el industrial, el agrícola, el histórico y el cultural, y en ámbitos como el empresarial y el de la Administración Local, Autonómica, Nacional o Europea.

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