Un momento de la entrevista de Julio Ángel Olivares a José Antonio Peláez.

El programa ‘Campus: Panel de Expertos’ de UniRadio Jaén, en su labor de divulgación científica, invitó al profesor del Departamento de Física de la Universidad de Jaén José Antonio Peláez Montilla.

El actual responsable del Grupo de Investigación ‘Riesgo Sísmico y Tectónica Activa’ se refirió a los inicios del grupo, hace 23 años, subrayando que en la actualidad cuenta con 5 miembros, entre los que se encuentran sismólogos y geólogos. A su vez, Peláez Montilla aprovechó su intervención en las ondas para comentar la participación en diversas actividades de divulgación, como la Semana de la Ciencia.

Con respecto a sus publicaciones, Peláez Montilla habló de la aportación individual y colectiva del grupo en revistas de alto índice de impacto, todas ellas relacionadas con sus líneas de investigación. El investigador subrayó temáticas tales como la peligrosidad sísmica en España y otros países como Marruecos, Argelia, México y Emiratos Árabes Unidos, además de estudios de sismotectónica, relacionando la geología y los terremotos. También destacó las investigaciones del grupo en materia de movimientos de ladera o deslizamientos inducidos por terremotos, sin olvidar la geofísica, como disciplina que engloba la sismología.

Durante la entrevista, Peláez Montilla citó variados proyectos en los que trabaja el grupo que dirige, entre ellos, el estudio de las características de los movimientos de ladera, contratos con Iberdrola a fin de caracterizar la peligrosidad sísmica de las centrales nucleares y el proyecto FEDER centrado en el curso alto del Guadalquivir, cuyo objetivo es instalar una red de sismógrafos para el estudio de dicha zona. El experto terminó refiriéndose a la posibilidad futura de realizar, en colaboración con el Proyecto Qubbet el-Hawa que dirige la UJA en Asuán (Egipto) medidas de georrádar para detectar la existencia de tumbas que permanecen debajo de la arena y que, por tanto, no han sido descubiertas aún.

Asimismo, Jose Antonio Peláez enumeró algunos de los equipos que necesitan para la realización de sus estudios. Así, para los estudios de geofísica cuentan con un georrádar de última generación que les permite conocer la estructura subterránea, además de instrumentos que miden el campo magnético con métodos no destructivos y sismógrafos portátiles, estos últimos ayudan a completar los datos que se conocen por parte del Instituto Geográfico Nacional. Apuntó, además, que los sismógrafos deben situarse en espacios alejados de ciudades, carreteras o composiciones artificiales que puedan alterar la vibración del suelo.

Asimismo, mostrando sus dotes de profesor, expuso una clara definición de la tectónica: “Así llamamos a la disciplina que estudia las estructuras geológicas que se producen por la propia deformación de la corteza terrestre (hasta 30kms) o litosfera (de 30 a 100kms)”, siendo estas las partes más rígidas de la Tierra debido principalmente a su temperatura, en comparación con el manto terrestre. Estas dos estructuras rígidas pueden desplazarse a causa de a corrientes generadas en el manto, provocando lo que se conoce como terremoto.

El investigador de la UJA habló también de los proyectos que siguen vigentes, tales como la instalación de redes de GPS permanentes en el Norte de África para conocer las deformaciones de la corteza terrestre a lo largo de los años. Respecto a sus proyectos en España, y en colaboración con entidades como la Universidad de Granada, en la actualidad estudian la falla de Baza que ocasionó un terremoto histórico en el año 1531. Asimismo, refiriéndose de nuevo al proyecto FEDER del curso alto del Guadalquivir, aplazado temporalmente por la situación sanitaria, describió cómo, al estudiar sus propiedades sísmicas, han podido plantear una propuesta de hipótesis sobre cómo son las fallas en dicha zona y por qué se produce por un proceso de indentación (se trata de una zona que pertenece al límite entre las placas Africana y Euroasiática).

Tras definir la peligrosidad sísmica como “movimiento del suelo que nosotros esperamos que haya en una zona debido a terremotos en un cierto tiempo”, el invitado habló sobre los fines de planificación del territorio tras considerar los efectos de sitio, la necesidad de conocer las características del suelo y ondas sísmicas para determinar la aceleración del suelo y sus repercusiones, esencial a la hora de tomar decisiones en base a estos conocimientos.

A continuación, el profesor Peláez afirmó que prevenir un terremoto no es posible como, por ejemplo, en el sentido en que se puede predecir la meteorología. Con todo, el grupo de investigación ‘Riesgo Sísmico y Tectónica Activa’ de la UJA trabaja con la previsión a largo plazo, es decir, tratan de saber cuáles son las zonas en las que es más probable que ocurra un terremoto, su amplitud en base a la información geológica y, así, poder prevenir a la hora de diseñar estructuras que se sitúen en dichas zonas de estudio. Al hilo, Peláez Montilla refirió que la provincia de Jaén se puede considerar de baja peligrosidad sísmica porque los terremotos que pueden darse son de baja magnitud, aunque se puede llegar a sufrir ondas de terremotos en provincias aledañas. Destacó, en este sentido, dos terremotos en el año 1951, en Linares y Alcaudete, ambos de magnitud 5.1 en la escala Richter.

Peláez Montilla recordó también algunos de los terremotos de mayor magnitud en la historia mundial y resaltó el terremoto de Chile en febrero de 2010, el cual se acercó a 9 puntos en la escala Richter, liberando mucha energía. Con respecto al más cercano a España, mencionó el terremoto-maremoto de Lisboa, que data de 1755 y que tuvo una magnitud aproximada de 8.4 en la escala Richter.

Finalmente, el experto en sismología comparó los efectos de un terremoto a una bomba por cuanto se trata de una cantidad de energía liberada que puede ocasionar muchos daños; tales daños dependen de numerosos factores, como la composición del suelo o la profundidad del epicentro, entre otros. El experto invitado a ‘Panel de expertos’ concluyó la entrevista dejando claro que la réplica de un terremoto siempre será de inferior magnitud que la del propio terremoto, pero insistió en que lo que podemos considerar como réplica puede ser, en realidad, un terremoto de poca magnitud denominado “premonitorio, acompañado posteriormente de otro mucho mayor.

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Fuente: UniRadio Jaén.