La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, a través de su Empresa Pública de Gestión Medioambiental (Egmasa), ha establecido un convenio con la Universidad de Jaén (UJA) para permitir a los alumnos de especialidades como Biología, Veterinaria y Ciencias Ambientales, entre otros, poder realizar prácticas de entre 3 y 6 meses en el Centro de Recupe-ración de Especies Amenazadas del Quiebrajano (CREA), a 25 kilómetros de la capital jiennense y en las inmediaciones del pantano que le da nombre. La delegada de Medio Ambiente en funciones, Amparo Ramírez, ha señalado que “es una oportunidad única de estar en contacto con especies de gran valor y con la rica biodiversidad de nuestra provincia, especialmente en instalaciones de este tipo donde el aprendizaje es constante y bajo diversas fórmulas, desde la atención a animales a la labor divulgativa y al estudio de lo más representativo de la fauna jiennense”. La beca, que puede permitir la incorporación de varios alumnos en periodos consecutivos, cuenta con una ayuda de más de 300 euros mensuales para cubrir los gastos que puedan originarse como desplazamiento y manutención en caso de que sea necesario. El horario para realizar las prácticas sería de 5 horas diarias de lunes a viernes. El Centro de Recuperación de Especies Amenazadas del Quiebrajano, que forma parte de una red andaluza de instalaciones de las mismas características repartidas por las ocho provincias, funciona desde el año 1988 proporcionando atención veterinaria a especies que han sufrido algún tipo de daño e intentando con su recuperación su devolución al medio natural. Del mismo modo, en el centro también se realizan tareas de investigación en distintos campos así como actividades de educación y sensibilización ambiental. El Centro de Recuperación de Especies Amenazadas del Quiebrajano ha atendido una media semestral de más de 170 ejemplares en los últimos años. La mayor parte de los ingresos corresponden a aves y el grueso de ellas llega hasta las instalaciones en los meses de verano debido a la dispersión en el vuelo o a caídas del nido de algunos pollos. En general, el 50 por ciento de los ejemplares que se atienden han sido hallados por particulares, ciudadanos anónimos que se han puesto en contacto bien con el centro bien con cuerpos de seguridad como los Agentes de Medio Ambiente o el Seprona para que se hagan cargo del hallazgo.

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