El Rector de la Universidad de Jaén (UJA), Juan Gómez Ortega, defendió hoy, en su discurso de investidura, una Universidad “inconformista, crítica, y antes autocrítica, con una vocación incuestionable por una mejora continuada y por una cultura de la promoción de la calidad”.
El Aula Magna de la Universidad de Jaén acogió el solemne acto de investidura del Rector de la Universidad de Jaén, así como la toma de posesión de los miembros del nuevo Consejo de Dirección. El acto contó, además, con la asistencia del Secretario General de Universidades, Investigación y Tecnología de la Junta de Andalucía, Francisco Triguero, y del Rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos.
El acto comenzó con la intervención del Secretario General de Universidades, Investigación y Tecnología de la Junta de Andalucía, que leyó los decretos de cese de Manuel Parras Rosa como Rector de la UJA y de nombramiento del Rector de la Universidad de Jaén Juan Gómez. Éste último procedió a dar lectura de la resolución de nombramiento como Secretaria General de la Universidad de Jaén a Olimpia María Molina Hermosilla. A continuación, la Secretaria General de la Universidad de Jaén dio lectura a la resolución de nombramiento de los miembros del Consejo de Dirección, que fueron prometiendo y jurando su cargo.
Los nuevos miembros del Consejo de Dirección de la UJA son: Alfonso Cruz Lendínez, Vicerrector de Profesorado y Ordenación Académica; Amelia Aránega Jiménez, Vicerrectora de Investigación; Juan Manuel Rosas Santos, Vicerrector de Enseñanzas de Grado, Postgrado y Formación Permanente; María Luisa del Moral, Vicerrectora de Estudiantes; María Dolores Rincón González, Vicerrectora de Proyección de la Cultura, Deportes y Responsabilidad Social; Sebastián Bruque Cámara, Vicerrector de Internacionalización; María José del Jesus Díaz, Vicerrectora de Tecnologías de la Información y la Comunicación e Infraestructuras, y Juan Ramón Lanzas Molina, Vicerrector de Relaciones con la Sociedad e Inserción Laboral.
El nuevo Rector de la UJA aseguró no poder ser conformista, porque “soy una persona que vive intensamente la Universidad, que aspira a que la Universidad de Jaén mejore cada día y a que prestemos el mejor servicio público posible a la sociedad”.
Juan Gómez puso de relieve durante su discurso la necesidad de “renovar nuestra vocación de evolución constante”, que debe sustentarse en las principales fortalezas y en el trabajo continuo para superar las debilidades, “así como regenerar también nuestras ilusiones, para afrontar esta nueva etapa con las máximas perspectivas de éxito”. Asimismo, defendió una Universidad “de las personas, profesionales y estudiantes, en cuya capacidad confío plenamente, y cuya motivación debemos renovar”. “No es posible entender una institución como la Universidad, que tiene como objetivo la creatividad, la generación y transmisión de nuevo conocimiento y la innovación, sin la posibilidad de captación y retención de profesionales con talento y aptitudes que permitan un avance progresivo y permanente”, subrayó.
Gómez Ortega apostó por una Universidad que considere a sus estudiantes su foco principal de atención, y su principal preocupación, “entendiendo su formación como una formación integral, en conocimientos fundamentales de las distintas disciplinas y, también, en habilidades, competencias y valores complementarios que los hagan buenos profesionales y mejores personas”.
De nuevo, puso de manifiesto su defensa de una Universidad Pública, como servicio público, “y en la que el principio de la transparencia se convierta en la cultura de la transparencia, que, en el ámbito de nuestra Universidad, debe ser considerada como la forma de rendir cuentas a la sociedad”. Juan Gómez hizo hincapié en la docencia y en la investigación de la UJA, que son “sus profundas señas de identidad”. “La investigación de una universidad debe ser parte de su ADN. En consecuencia, en esta nueva etapa que estamos a punto de iniciar en la Universidad de Jaén debemos aspirar a dar un nuevo salto cualitativo en nuestra actividad investigadora y en la calidad y la relevancia de los resultados que se deriven de dicha actividad”, apostilló.
También, hizo referencia a la vida universitaria, cuyo deseo es que ésta sea “activa, dinámica e incluso diría que efervescente”. Para ello, apostó por crear un espacio atractivo “para nuestro alumnado, en el que el fomento de los valores asociados a la cultura, la solidaridad y el pensamiento crítico, así como el impulso de la actividad creativa en cualquiera de las ramas del Arte, las Humanidades, las Ciencias y la Tecnología estén entre los objetivos estratégicos de nuestra política de proyección cultural, que ha de desarrollarse de manera complementaria y coordinada con las políticas llevadas a cabo por las demás instituciones y entidades de nuestro entorno que tengan responsabilidad en esta tarea”. Asimismo, manifestó que la Universidad de Jaén debe proyectarse al exterior, primero, hacia el entorno más cercano, y luego, hacía otras universidades, “de nuestro país y también de otros países. La internacionalización de la Universidad no es una opción, es una obligación”.
El nuevo Rector mostró su deseo de que la UJA sea una universidad creativa e innovadora,” como se espera de una institución generadora de conocimiento, y en la que las iniciativas más ambiciosas no sólo tengan perfecta cabida, sino que sean valoradas como les corresponde”. Gómez mostró su disposición a que la Universidad de Jaén asuma la responsabilidad social, “no como una mera acción social, sino como un enfoque de dirección universitaria”.
Por último, hizo alusión a que el principal talento de un Rector no debe ser generar las mejores ideas, “pero sí debe ser tener la capacidad de identificarlas entre las de sus colegas y, sobre todo, tener la determinación y la habilidad para llevarlas a la práctica. Por eso defiendo también una Universidad cercana y participativa, en la que el diálogo y la colaboración entre todas las personas que formamos parte de nuestra Universidad sea lo natural y lo habitual”.
Discurso de Manuel Parras Rosa
Con anterioridad, pronunció su discurso el Rector saliente. Manuel Parras se refirió a los principios que han guiado su gestión de estos últimos ocho años. Entre ellos, el convencimiento de que la Universidad de Jaén “no está para adaptarse al entorno, sino para transformarlo”. En este contexto, añadió que la Universidad ha de asumir nuevas misiones o nuevas responsabilidades universitarias, “de tal modo que podemos hablar de distintos “modelos de universidad” e incluso de distintos rankings, en función de la importancia que las universidades les otorguen a dichas misiones, destacando, en este caso, la divulgación científica y el liderazgo social.
Manuel Parras abundó en el necesario restablecimiento del equilibrio entre enseñanza e investigación “y, siendo consciente de que no es nada fácil, debemos intentarlo cada uno de nosotros y nosotras individualmente, y también tratando de buscar mecanismos institucionales que lo incentiven, porque como dice Castell “compatibilizar enseñanza e investigación es el desafío de la Administración Universitaria””.
También, se refirió a la responsabilidad de la UJA, como instrumento de transformación social que desarrolle y oriente el potencial económico, cultural y científico de la sociedad de la provincia de Jaén, “esto es, que junto a su carácter universal sin el cual no podría denominarse Universidad, ha de ser motor de cambio y transformación social, jugar un papel esencial como institución dinamizadora referente de progreso económico y de calidad de vida del territorio en el que estamos ubicados”.
Asimismo, Parras señaló que la Universidad no es patrimonio de quien en ella trabajan, “sino de la sociedad a la que nos debemos”, aunque se ha de tener “sentido de pertenencia”. Manuel Parras animó a la UJA a “definir su particular identidad”. En este sentido, aseguró que durante su mandato “hemos creado “faros de ciencia”, ámbitos de investigación, donde podamos alcanzar un posicionamiento y reconocimiento internacional”.
Por otro lado, habló de la rendición de cuentas y de la evaluación, “que han de impregnar nuestra cultura organizativa”. En este sentido, compartió dos principios esenciales. En primer lugar, la necesidad de contar con un modelo de financiación vinculado a resultados absolutos y relativos “y, en segundo lugar, que exigir un mayor esfuerzo presupuestario a la ciudadanía nos obliga a gestionar los recursos con mayor eficiencia, so pena de que nuestras demandas queden deslegitimadas”, dijo.
Por último, afirmó que, en materia económica, la Universidad está saneada, “gracias a la cultura de austeridad que caracteriza la gestión de nuestra Universidad, desde su creación”.
Autor: Gabinete de Comunicación de la UJA (C.Q.R.)
