Cartelería informativa sobre el estudio

Un proyecto de investigación subvencionado por el Instituto de Estudios Giennenses a profesores de la Universidad Jaén (UJA) y a profesionales del Complejo Hospitalario de Jaén revela que el 5 por ciento de las adolescentes menores de 17 años de la provincia de Jaén ya había sido madre con anterioridad.

Este dato es uno de los resultados obtenidos en un estudio, denominado “Distribución Geográfica del Embarazo adolecente en la provincia de Jaén”, financiado por el Instituto de Estudios Giennenses de la Diputación Provincial de Jaén, y elaborado por Carmen Álvarez Nieto y Manuel Linares Abad, profesores del Departamento de Enfermería de la Universidad de Jaén, y Guadalupe Pastor Moreno, Juan Serrano Martos y Laura Rodríguez Olalla, profesionales del Complejo Hospitalario de Jaén

El número total de embarazos en menores de 17 años en la provincia de Jaén durante los años 2006, 2007 y 2008 fue de 310, de los cuales, el 54 por ciento de las jóvenes continuaron con el embarazo (167), frente al 46 por ciento que lo interrumpieron voluntariamente (143). El 71 por ciento de las chicas tenía 16 años en el momento del embarazo y el 29 por ciento eran menores de entre 10 y 14 años. El 8,4 por ciento habían abandonado los estudios en el momento del embarazo.


La profesora de Enfermería de la UJA Carmen Álvarez

La profesora de Enfermería de la UJA Carmen Álvarez

 Carmen Álvarez Nieto subrayó que los datos de embarazos en adolescente en la provincia de Jaén, muestran una tendencia similar a la del resto del país. Esto es que, tras el descenso experimentado en la década de los 80, a partir de los años 90 se ha ido produciendo un nuevo incremento del número de menores de 17 años convertidas en madres, “que si bien no ha llegado a las cifras de los 70, en cualquier caso supone un aumento en término absolutos”.

La profesora del Departamento de Enfermería de la UJA destacó en especial el dato de que el 5 por ciento de las adolescentes que continuaron con su embarazo ya tenía un hijo anterior y el 2 por ciento sufrieron un aborto espontáneo. El estudio pone en evidencia, además, los riesgos de las embarazadas y, especialmente, del neonato, que presenta “bajo peso y suele ser prematuro”, afirmó Álvarez.

Existe cierta unanimidad en considerar que el embarazo adolescente se acompaña, más frecuentemente que el adulto, de prematuridad (10 por ciento), bajo peso al nacer (12 por ciento) y anemia ferropénica (25 por ciento), indica el estudio. En este sentido, avala esta afirmación el hecho de que en la investigación realizada, el 9,5 por ciento de los recién nacidos fueron prematuros, sin embargo, el 26 por ciento presentaron bajo peso para su edad gestacional.

Por otro lado, el estudio desvela un hecho curioso. El 44,6 por ciento de las jóvenes manifestaron que su embarazo había sido deseado, tanto por ella como por su pareja. Interrupción voluntaria del embarazo En lo que se refiere a las adolescentes que decidieron interrumpir voluntariamente su embarazo, el 4 por ciento ya tenían un hijo anterior y el 3,5 por ciento había abortado con anterioridad.

El 52 por ciento de las menores de 17 años no asistieron a un Centro de Planificación Familiar y el 57 por ciento se informaron sobre la interrupción voluntaria del embarazo en un centro sanitario público. Así, el 70 por ciento de las interrupciones se produjeron en periodo embrionario (antes de la novena semana de gestación). En el 98,6 por ciento de los casos, el motivo de la interrupción voluntaria del embarazo fue el peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada, frente a la presunción de que el feto habría de nacer con graves taras (1,4 por ciento).

Otro dato revela que el 71 por ciento de las interrupciones voluntarias del embarazo se realizaron con financiación privada. El estudio recoge una divulgación posterior, que queda plasmada en un folleto y en un cartel, que han sido distribuidos en 696 direcciones, entre los que se encuentran: institutos de Educación Secundaria, ayuntamientos de la provincia, asociaciones juveniles, grupos de desarrollo local y centros de servicios sociales comunitarios. La información de este estudio lanza dos preguntas para el debate y para la reflexión: ¿Se previene adecuadamente el embarazo en la adolescencia en nuestra provincia? y ¿Por qué no acuden las adolescentes menores de 17 años a los Centros de Planificación Familiar?

Asimismo, un estudio anteriormente realizado por este equipo de investigación puso de manifestó el perfil de la adolescente embarazada en la provincia: soltera (84 por ciento), no estudia (70,8 por ciento) y no trabaja (87,5 por ciento). En el 80 por ciento de los casos, los padres viven juntos y la relación paterno-filial se considera buena (68 por ciento) o muy buena (20 por ciento). La pareja no estudia en ningún caso, y en el 84 por ciento de los casos trabaja.

Por distritos, el más numeroso en casos de embarazos registrados fue el de Jaén (37,6 por ciento), a poca distancia de Jaén Norte (33,1 por ciento) y seguidos de Jaén Nordeste (19,5 por ciento), y Jaén Sur (9,7 por ciento). Por último, Carmen Álvarez resaltó el trabajo del distrito Jaén Nordeste y Jaén Norte, por “buenas prácticas obstétricas”, ya que se tanto el Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda como el Hospital Alto Guadalquivir de Andújar se sumaron en 2007 al Proyecto de Humanización de la Atención Perinatal en Andalucía, “con el fin de que el parto sea lo más natural posible”, y que ha dado como resultado, “bajas tasas de cesáreas, episiotomías y anestesia epidural”.

Este estudio establece propuestas de intervención, como son: aplicar el enfoque riesgo, de acuerdo a las características sociodemográficas de las adolecentes embarazadas; diseñar, implementar y operar un programa de prevención, o estudiar las necesidades de los adolescentes. Asimismo, la prevención –dijo Álvarez- deberá basarse en, visualizar proyectos de vida orientados al logro personal y en romper las asimetrías de género en el ámbito de la sexualidad.

Este estudio, finalizado en 2010, parte de una primera investigación de 2006, que se realizó a menores de 17 años que buscaban quedarse embarazadas y que las convertían en pacientes de riesgo. Posteriormente, la Junta de Andalucía aprobó un estudio cualitativo para descubrir las motivaciones que motivaban la deseabilidad del embarazo adolescente en menores de 17 años, así como otro proyecto cualitativo aún en ejecución, que finalizará este año, que trata de la adquisición del rol materno por parte de las adolescentes embarazadas y del apoyo que éstas reciben, principalmente, de la abuela.

En el futuro, Carmen Álvarez y el equipo de investigación esperan seguir estudiando cuantitativa y cualitativamente a esta población, en otros escenarios geográficos y explorando nuevos aspectos de interés.

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