El profesor de Ingeniería Química de la Universidad de Jaén, Sebastián Sánchez Villasclaras ha presentado este jueves en BIÓPTIMA dos de las líneas de investigación en las que trabaja el grupo de investigación Bioprocesos, del cual es responsable. La primera de ellas sobre la producción de biocombustibles a partir de la poda de olivar y fragmentos de hueso de aceituna, y la otra sobre tratamiento de aguas residuales utilizando microorganismos fotosintéticos. Este grupo de investigación lleva más de dos décadas trabajando en el aprovechamiento de todo el material residual proveniente del olivar y su transformación en biocombustible a través de una vía bioquímica, proceso que compagina con la vía termoquímica. Esta última es la que consigue un mayor aprovechamiento de los residuos del olivar, principalmente de la poda de olivo, de la que por término medio se obtienen unos 3.000 kilos por hectárea y año.

Es por ello que están realizando sus investigaciones a través de un proceso de gasificación, tecnología que se puede encontrar en BIÓPTIMA, y que podría instalarse en cualquier almazara, “ya que este sistema no está pensado para grandes empresas”, comenta Sebastián Sanchez. En una instalación de “gasificación”, partiendo de una biomasa (astillas de poda de olivar, fragmentos de hueso de aceituna, orujillo...) se realiza un proceso químico que origina un gas de síntesis (también denominado “gas pobre”) constituido fundamentalmente por hidrógeno, monóxido de carbono, metano e hidrocarburos de dos átomos de carbono, aparte de otros componentes no combustibles como dióxido de carbono y nitrógeno. A partir de este gas de síntesis se puede poner en marcha un motor de combustión interna o generar energía eléctrica utilizando una microturbina. Además, Sebastián Sánchez explica que “de esta manera, las almazaras no solo producirían aceite de oliva, si no que al mismo tiempo también proporcionarían energía eléctrica, y en un futuro puede existir la posibilidad de generar un combustible líquido”.

“Esta tecnología es factible, hemos realizado dos experiencias durante los últimos 4 años en una planta piloto situada en Vizcaya, con unos resultados muy satisfactorios”, expone Sebastián Sánchez. “El principal problema para poner este sistema en marcha está en las propias almazaras que todavía no se atreven a utilizarlo”, concluye el investigador.

Además el grupo de investigación Bioprocesos, que está compuesto en la actualidad por 25 investigadores, sigue estudiando la producción de bioetanol a partir de materiales lignocelulósicos (poda de olivar, fragmentos de hueso de aceitunas, tallo de girasol,…) cuestión que es aún más interesante y que todavía está en desarrollo.

Etiquetas